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Ultimo Aviso - Candonga de los colectiveros (candombe-milonga)
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Ultimo Aviso - Payada de la vaca
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Ultimo Aviso - Teorema de Thales (divertimento matemático)
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Ultimo Aviso - ¿Quien mató a Tom McCoffee?
- 5
Ultimo Aviso - Acto en Banania (Canción de homenaje a Eutanasio)
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Ultimo Aviso - Añoralgias (Zamba catástrofe)
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Ultimo Aviso - Bolero de Mastropiero
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Ultimo Aviso - Cantata de la planificación familiar
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Ultimo Aviso - Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras, de sus hazañas en tierra de indias, de los singulares acontecimientos en los que se vio envuelto y de como se desenvolvió.
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Ultimo Aviso - Cardoso en Gulevandia
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Ultimo Aviso - Cartas de color
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Ultimo Aviso - Conozca El Interior - (chacarera Del Ácido Lisérgico)
- 13
Ultimo Aviso - Consejos para Padres - La Gallina dijo Eureka
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Ultimo Aviso - Cyber Esposos (canción de amor)
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Ultimo Aviso - El asenino misterioso
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Ultimo Aviso - El beso de ariadna
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Ultimo Aviso - El Explicado
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Ultimo Aviso - El Lago Encantado
- 19
Ultimo Aviso - El polen ya se esparce por el aire- (canción levemente obscena)
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Ultimo Aviso - El Rey Enamorado
- 21
Ultimo Aviso - El Sendero de Warren Sánchez (Salmos Sectarios)
- 22
Ultimo Aviso - Epopeya de Edipo de Tebas (cantar bastante de gesta)
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Ultimo Aviso - Epopeya de los 15 Jinetes
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Ultimo Aviso - Gloria Hosanna, that´s the question- (noménclator sacro-polífonico)
- 25
Ultimo Aviso - Homenaje a Huesito Williams (Volumen VII)
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Ultimo Aviso - Iniciación a las artes marciales (música lejanamente oriental)
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Ultimo Aviso - La bella graciosa moza marchose a lavar la ropa
- 28
Ultimo Aviso - La Hija de Escipión (Fragmento de Opera)
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Ultimo Aviso - La Hora de la Nostalgia
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Ultimo Aviso - La Princesa Caprichosa (Pequeña Serenata para Grandes Instrumentos)
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Ultimo Aviso - La Redención del Vampiro (Hematopeya)
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Ultimo Aviso - La tanda
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Ultimo Aviso - La Vida es Hermosa (Disuacidio)
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Ultimo Aviso - La Yegua mia
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Ultimo Aviso - Las Majas del Bergantín (Zarzuela Náutica)
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Ultimo Aviso - Marcha de la conquista
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Ultimo Aviso - Mi aventura por la India
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Ultimo Aviso - Oi Gadoñaya (canción rusa)
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Ultimo Aviso - Para Elisabeth (Sonata a la carta)
- 40
Ultimo Aviso - Pieza en forma de tango
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Ultimo Aviso - Poemas de Gemini
- 42
Ultimo Aviso - Romance del Joven Conde, la Sirena y el pájaro Cucú. Y la Oveja. (Zoo-Cuento Infantil)
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Ultimo Aviso - San Ictícola de los Peces (Tarantela Litúrgica)
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Ultimo Aviso - Serenata Mariachi
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Ultimo Aviso - Si no fuera santiagueño
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Ultimo Aviso - Sólo Necesitamos (Canción ecológica)
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Ultimo Aviso - Suite Los Noticeiros Cinematográficos
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Ultimo Aviso - Teresa y el oso (cuento sinfónico)
- 49
Ultimo Aviso - Una canción regia (Canón escandaloso)
- 50
Ultimo Aviso - Vientos Gitanos
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Ultimo Aviso - Visita a la Universodad de Wildstone
- 52
Ultimo Aviso - Voglio entrare per la finestra
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Ultimo Aviso - Vote e Ortega
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Ultimo Aviso - Ya el sol asomaba en el poniente
Teresa y el oso (cuento sinfónico)
Ultimo Aviso
Salvo la princesa Teresa, que se identifica con el quinteto de cuerdas de la sinfónica, los otros personajes de Teresa y el oso están representados por instrumentos informales ejecutados por Les Luthiers.
En orden de aparición:
Pajarillo Amarillo: Tubófono Silicónico Cromático
Jabalí Alí: Alt-pipe a vara
Molusco Pardusco: Gom-horn da testa
Mariposa Golosa: Dactilófono
Oso Libidinoso: Glamocot
Bruja Granuja: Glisófono Pneumático
Tres Gansos Mansos: Kazoos
Bajos Instintos: Bass-pipe a vara
Vaca Resaca: Yerbomatofono d'amore
Aquella, habría sido una tranquila mañana de otoño en el bosque, una mañana de otoño común y corriente, si no fuera que ya eran las cuatro de la tarde y estaban en verano.
Todos los animales habían sido citados por la princesa Teresa en un claro del bosque para averiguar cual de ellos era su prometido, el duque Sigfrido el Erguido.
El duque, había sido hechizado por la bruja Granuja, que no sólo lo había transformado en algún animal del bosque, sino que además, le había quitado la memoria.
El pajarillo Amarillo, cantaba alegremente. El pajarillo decía: "Solo el amor de la princesa puede devolver la forma humana al duque".
En ese momento, se presentó el jabalí Alí. El jabalí preguntó: "¿Por lo de la princesa es aquí?"
"Si", dijo el pajarillo" Nos han citado a todos. A propósito, ahí viene, arrastrándose, el molusco Pardusco".
El molusco preguntó: "He perdido mi caparazón. ¿No lo vieron?"
En ese momento, apareció volando la mariposa Golosa. "¡Socorro!", se quejaba la mariposa, "¡Me persigue el oso Libidinoso!", y apareció corriendo tras ella, el oso Libidinoso.
El oso, perseguía a la mariposa ofreciéndole una margarita y recitándole un poema que decía: "¡Sublime éxtasis de amor, mariposa, que acelera mis latidos, vayamos, vayamos, vayamos, vayamos, vayamos pronto!".
El molusco se interpuso. El oso bramó: "¿Y tú que quieres, despreciable molusco?"
"¿No vio mi caparazón?"
El instante fue aprovechado por la mariposa Golosa, que se escondió ayudada por el pajarillo Amarillo.
Hacía ya tres lunas que la bruja había hechizado al duque. La hermosa princesa Teresa deambulaba en su búsqueda, lamentándose de su suerte. La acompañaban en silencio sus fieles gansos Mansos.
El pajarillo anunció: "¡Ya llega la princesa! ¡Que triste está!", y apareció la princesa.
Entonces, apareció la bruja Granuja. La bruja se burlaba: "¡Nunca sabrás en que animal he convertido al duque! ¡Ni siquiera él recuerda nada, ja ja ja!"
La princesa clamaba: "¿Dónde estás, Sigfrido, Sigfrido? ¿Qué clase de animal eres?"
Los gansos consolaban a la princesa: "¡Tranquilízate!", dijo el gansito pequeño, "Ten calma", agregó la gansa robusta, "Todo irá bien", dijo el ganso viejo.
"¿No vio mi caparazón?"
De pronto, la gansa robusta lanzó un grito de indignación, le dio una tremenda bofetada a un cuarto ganso enorme que estaba a su lado y salió corriendo. El ganso enorme no era otro que... ¡el oso libidinoso disfrazado!, que corría a la gansa ofreciéndole una margarita al grito de "¡Sublime éxtasis de amor, gansita, vayamos, vayamos pronto!"
Los gansos fueron en ayuda de la gansa robusta, y la princesa se quedó sola.
"No debo flaquear", díjose la princesa, "no debo flaquear, debo encontrar al duque", pero en ese momento, se hicieron oír los bajos instintos de la princesa: "Olvida al duque. Recuerda los abrazos de aquel fornido palafrenero de palacio". "Pero debo cumplir con mi deber". "¿Y si algo falla y el hechizo de rompe sólo a medias? El duque podría quedar medio animal..." "Bueno, en eso es igual el palafrenero..."
Mientras esto sucedía en el bosque, veamos que pasaba en una pacífica granja cercana.
El granjero, silbando distraídamente, ordeñaba a la vaca Resaca. La vaca rumiaba sus pensamientos... y otras flores que había comido esa mañana. "¡Que extraño!", pensaba la vaca Resaca, "es la primera vez que me ordeña de tarde..." y miró al granjero. Resaca lanzó un mugido y salió corriendo. El granjero no era otro que... ¡el oso Libidinoso disfrazado!, quien comenzó a perseguirla ofreciéndole una margarita al grito de "¡Sublime éxtasis de amor, vaquita, vayamos, vayamos pronto!".
En el bosque, la princesa, ayudada por los gansos Mansos, se había interrogado a casi todos los animales, pero no había logrado averiguar cual de ellos era el duque. Una triste desazón invadió a la princesa.
De pronto, los gansos, viendo llegar al pajarillo y a la mariposa, bramaron: "Ustedes dos, ¿qué hacían la noche en que el duque fue hechizado?". "Nada, nada". "¡Confiesen!", (marcha nupcial)"y bien, si, pero nos vamos a casar". Un fracaso más. Otra triste desazón invadió a la princesa.
Teresa, alzó sus bellos ojos, como implorando ayuda a los que la rodeaban. Hasta que su mirada se cruzó con la del jabalí Alí. "¡Miren!, ¡Si, si, no hay duda!", dijo la princesa, "¡el jabalí tiene la misma mirada que el duque!". El jabalí, con sombría voz declaró: "Es que yo no soy un jabalí". "¡Oh!". "¡Yo soy... ¡". "¡Él es... !". "Un duque hechizado". "¡El duque Sigfrido!". "No, el duque de Mantua". "¿Y que haces aquí?", preguntó sorprendida la princesa. "¡Me echaron de Rigoletto!". La última posibilidad había fracasado. Otra triste desazón más invadió a la princesa.
De pronto, de la espesura surgió el oso Libidinoso y exclamó: "¡Aguarde! ¡Al ver a Teresa recuperé la memoria! ¡Ahora entiendo la causa de mi vergonzoso desenfreno! ¡He sido víctima de un hechizo cruel! ¡Gracias, amor mío, por venir a salvarme! ¡Yo soy el duque Sigfrido!". Dicho esto, el oso arrancó una margarita, y viendo la alegría en el rostro de la princesa Teresa, se dirigió a su encuentro triunfalmente. El oso le ofreció la margarita a la princesa, pero en ese momento, la bruja Granuja se interpuso, y con aire trágico gritó: "¡Tú no eres el duque, farsante! No puedo soportar este atropello. ¡Yo no sirvo para bruja! Lo hago para complacer a mi familia. El duque Sigfrido es el molusco", y la bruja se fue llorando, mientras el oso, conmovido, corría tras ella, ofreciéndole la margarita.
Todos felicitaron al molusco, quien avanzó hacia la princesa lentamente, como un duque. Mientras el molusco agradecía los aplausos, Teresa lo tomó con amor, y lo depositó suavemente sobre la palma de su mano. Y ante el asombro y el esfuerzo de Teresa, el molusco se fue transformando en un joven esbelto y hermoso: El duque Sigfrido.
Allí están Sigfrido y Teresa, con los corazones entrelazados, mirándose a las manos y con los ojos latiendo al unísono. Y ya inician su triunfal regreso al palacio. Los animales los escoltan en eufórico cortejo.
Todos bailan alegremente. Y allá van, encabezando el cortejo, el duque, la princesa, y su flamante dama de compañía que no es otra que... disfrazado, el oso Libidinoso.