- Dígame usted compañero...
dígame usted compañero
y conteste con prudencia
cual es la mansa presencia
que puebla nuestras praderas,
y en melancólica espera
con abnegada paciencia
nos da alimento y abrigo
fingiendo indiferencia.
- No me asusta el acertijo...
no me asusta el acertijo
y ya mi mente barrunta
por donde viene la punta
de la, de un, de esa, de la... tan difícil historia
la destreza y la memoria
son buenas si van en yunta
no se ofende si le pido
me repite la pregunta.
- Nómbreme usted el animal...
nómbreme usted el animal
que no es toro ni cebú (¡la vinchuca!)
que pa ayudar la salud
y pa que usted le aproveche
le da la carne y la leche
en generosa actitud
tiene cola y cuatro patas
y cuando muge hace múu ...(¡che! la vinchuca cuando muge hace ¡vinchuuu..! ¡vinchuuu..!)
- No me asusta el acertijo...
no me asusta el acertijo
porque a mí... no me asusta el acertijo
no me asusta el acertijo
jamás me... ¡LA VACA!
- Tiene que ser rimando, ocho versos...
- Si, si... ¡calentito quedaste!
- Tiene que decirlo rimando, si no no sirve,
que lo diga rimando, ¡esto es increíble!
- ¿Qué?
- Que lo diga rimando
- Ya le rimo la respuesta... (saca)
ya le rimo la respuesta
que de la duda nos saca
el animal que usted dice
tiene por nombre: la vaca.
- Me extraña mucho, compadre...
me extraña mucho, compadre
que sea tan ignorante
una payada elegante
octosílabos precisa
en el final finaliza
y empieza por delante
debe tener ocho versos
y ser de rima elegante.
- No me asusta el acertijo...
le contesto en ocho versos
así su enojo se aplaca
el error que usted me achaca
ni es error ni es para tanto
en octosílabos canto
con rima que se destaca
con elegancia lo digo
sin hacer tanta alharaca
- y... y... el animal...
- ¡ah! ¡la vaca!
La vaca...