Son pesadillas vivientes
Mastican desesperación
Soportan brasas en sus vientres
Y acero en su corazón
Abandonados a su suerte
Por nuestra civilización
Y condenados a muerte
Sin conocer el biberón
Yo siempre he dormido
En lechos de ortigas
Viajando al abismo de la incomprensión
Hasta que un: Te quiero curó mis heridas
Y ahora en mi invierno también brilla el Sol
Si quieres oír los quejidos
De los que besan el terror
Mira los ojos de niños
Que arañan tu televisión
Ellos siempre duermen en cunas de ortigas
Reos del olvido y la marginación
Hasta que un: Te quiero rompe sus semillas
Y en su frío invierno también brilla el Sol