En su torre de cristal,
sobre el banco nacional
vive el príncipe de la ciudad.
Admirado por demás,
envidiado es lo normal.
Con el éxito en sus manos,
quien podría pedir mas.
Es un buen negociador,
y un encantador play-boy,
predilecto de la lógica social.
Cuatro yates, tres Van Gogh,
y en el parking: dos Rolls Royce,
y en su corazón un hueco,
que no acaba de cerrar.
Y en sus ojos que enloquecen a las damas,
y que ahora siempre oculta tras la gafas,
la nostalgia colorea sus pupilas,
y le pinta una acuarela
de momentos junto a ella.
Ay, amor, tu me robaste el corazón.
Y aunque todo ya lo tengo,
soy un pobre limosnero,
porque no tengo tu amor.
Ay, amor, tu te has llevado mi razón.
Y aunque nadie lo comprenda,
ahora nada me interesa
porque no tengo tu amor.
En la cárcel de cristal,
sobre el Banco Nacional,
muere el príncipe de la ciudad.
Nadie puede comprender,
no le importa nada ya,
y los que lo conocieron
ya no saben que pensar.
Enclaustrado allá arriba en su morada,
puedes verlo siempre frente a la ventana.
Y le hace rayos equis a las calles,
y la busca entre la gente,
y la espera, por si vuelve.
Ay amor, tu me has robado el corazón.
Y aunque todo ya lo tengo,
soy un pobre limosnero,
porque no tengo tu amor.
Ay amor tu te has llevado mi razón.
Y aunque nadie lo comprenda,
ahora nada me interesa
porque me falta tu amor.
coro: Ay amor tu me has robado el corazón....
Este amor que tanto me condena yo lo llevo tan metido entre mis venas
Y aunque todo ya lo tengo soy un pobre limosnero pero de amor
La nostalgia todo el tiempo me acompaña pues mi corazon todavía te extraña
Y como te extraño amor
Y aunque nadie lo comprenda ahora nada me interesa mas que tu amor
En la carcel de cristal sobre el banco nacional muere el principe de la ciudad