En la misma pensión, con el mismo hambre
En la misma habitación vivíamos Rogelio y yo
Bajo el mismo techo con el mismo frío
Tiritando en el lecho dormíamos Rogelio y yo
Con el mismo coche, la misma mujer
Y la misma noche soñábamos Rogelio y yo
En el mismo trabajo, el mismo sudor
Y el mismo fracaso luchábamos Rogelio y yo
Ya no te acuerdas Rogelio de aquella cantina
Del viejo Anselmo y su acordeón
Cuantas las noches nuestro vino alegro
Cuantas las noches que tu música tocó
Cuantas las noches que al oír esa canción
Tú te reías y reía yo
Y nos despertaba el Sol
Llenos de vino, llenos de ilusión
Te reías del dolor, de si hacia frío o hacía calor
Si había dinero o solo sudor
Con el mismo equipaje en el mismo tren
Que me marche he vuelto a hacer el viaje
A tu nueva dirección con el mismo traje
Y la misma ilusión he ido, he ido a buscarte
El guarda coches me ha entrado por la puerta del servicio
Y me ha metido en un cuarto desde donde he mirado
Y te he visto bien vestido en un salón lleno de espejos
Gente importante a tu lado y en tu cara el fastidio
Cuando te han avisado
Has salido, me has mirado, te has acordado de mi nombre, ¡aleluya!
Y luego, luego te has marchado
Me has dejado con un saludo, una cita en tu despacho
Y una tarjeta en la mano con tu nombre bien bordado
Pero no importa Rogelio, esta noche iré a la cantina
Y al viejo Anselmo pediré tu canción
En la misma mesa beberé por los dos
Y entre mil copas me reiré del dolor
Y como otras noches al oír esa canción
Yo reiré, ja, yo reiré
Me reiré de tu adiós, de mis zapatos, de tu confusión
Del pantalón de tu frac, de tus espejos y de tu salón
Y cuando te vuelva a ver te diré
Muy buenas tardes, ¿qué tal está usted? Y cómo no
Te pediré un favor para que esa noche duermas un poco mejor