Con el lungo Pantaleón, Pepino y el Loco Juan,
el Peludo Santillán, Tito y el Chueco Ramón,
salimos con la intención de ir a un bailongo fulero
a beneficio de un reo que se hallaba engayolado
en Devoto y acusado por asuntos de choreo.
Al buffet por la bebida fui yo, Tito y el Peludo,
que ya estaba medio mudo de la curda que tenía;
pero ahí encontré una cría chupando que daba gusto.
Estaba el violero Augusto, Gatillo, el cortao Potranca
y el Zordo, tenia una tranca que de verlo daba susto.
En el el ambiente de minas estaban las de Mendieta
con la flaca Pañoleta, la Paja Brava y la China,
Pichuta, la Golondrina, la mechera Encarnación,
la gorda del Corralón, Sarita de la Cortada,
la Grela de Puñalada, y la Parda del Callejón.
Era un ambiente bastante, bastante someria el ambiente.
Entre el baile, meta y ponga, esta brava muchachada;
Con cortes y con quebradas se mandaban la milonga
Una morocha mistonga bailando con un chabón,
le dio al Loco un pisotón propiamente en el juanete:
si Santillán no se mete el Loco, el Loco le da un piñón.
Pero el chabón muy careta al Loco le dio un sopapo;
cayó el loco como un sapo haciendo sonar la jeta.
Intervino Pañoleta para aliviar la cuestión,
El chabón parao un rincón se las quería picar,
pero lo hizo sonar de un tortazo Pantaleón.
Pronto se armó la podrida: piñas, trompadas, tortazos...
Santillán tiró un balazo con un chumbo que traía.
Toda la gente corría, quedó la casa pelada;
pa' terminar la velada yo me chorié un bandoneón,
un Piloto, Pantaleón, y el Loco la jeta hinchada.