Un racimo de amor, de tu boca arranqué
Para beber el vino de tu piel
Y machadito el Sol, nos vio al amanecer
Mordiendo el fruto de la desnudez
Y la magia de tu espalda me enseñó a creer en el después
Y te vi dormir, serena como el mar
Cuando el viento deja de golpear
Y en tu agua guardé, los peces de mi fe
Para que habiten tu profundidad
Para que se multipliquen cual cardumen lo que ayer soñé
Que iba a conocer la vida entre tus pies
Y en mi camino hacia el Sol, te encontré, mujer de luz
Y me enseñaste que el brillo en los ojos
Cuando se ama alumbra toda esta, inmensidad
Y el sueño suele hacerse realidad
Y así me dormí, amarrándote, custodiando el tesoro que hallé
Y en mi corazón, un nido inventé, para que lo anide tu querer
Para que sea tu resguardo si al volar empezara a llover
Y te oí reír y me desperté
Con la musiquita de tu ser
Y me dio por llorar de felicidad
Por ver que la vida supo escuchar
Y supo entender y descifrar lo que tantas noches soñé
Que iba a conocer la vida entre tus pies
Y en mi camino hacia el Sol, te encontré mujer de luz
Y me enseñaste que el brillo en los ojos
Cuando se ama alumbra toda esta, inmensidad
Y el sueño suele hacerse realidad