Afuera es jueves, y una voz anónima
Completa la tercera decena
De los misteriosos luminosos
Afuera es una gota de saliva
Del cielo, el caos parsimonioso
De la vida consagrada al incordio
Adentro es cualquier otro día con sabor
A tedio, vergüenza, escepticismo
A universo de semblantes manchados
Adentro es contar las sílabas, arrojar
Otro soneto a la basura, previo
Rictus de mandíbula descalza
Afuera la certeza termina de
Expulsar la última lágrima de la tarde
Con su estado de ánimo en suspenso
Afuera, un timón hecho de arena
Encalla un corazón decomisado en
Un muelle de resacas perseverantes
Adentro, sintaxis del silencio
Heredad abrupta de lo inútil
Primavera de huesos doloridos
Adentro un par de manos tristes
Arrojan un expediente contra
El fuego de la chimenea
Afuera, la nostalgia se derrumba
Imparcial, herética, minuciosa
Monótona pero nunca intransigente
Afuera un café tibio se derrama
Sobre un manuscrito plagado
De errores de ortografía
Adentro, un eco con reloj atrasado
Se pregunta a que hora se siembra el
Azar en los días con desaliento
Adentro, tos y tiempo son circulares
Se repiten, se deshacen, resucitan
Sin flores ni frutos, todo es atardecer
Afuera el agua aprende a callar ausencias
En un mediodía de llaves invisibles
Y aspecto borrosamente circunspecto
Afuera es una hoguera de proposiciones
Apodícticas que no cumplen su
Cometido de desterrar el frío
Adentro, ocho de cada diez uñas
Tienen espinas debajo, y una
Historia enredada que no se deja llorar
Adentro, las horas se suceden como
Dinastías malditas; florece inefable
La pena hincando su mirada en lo incierto
Afuera es una sombra pequeña y aislada
Pretendiendo atenazar lo inabarcable de
Un firmamento de oscuras transparencias
Afuera, tarde de adultos sin adultos
De poemarios con ceguera, de ciudades
Oscilando entre el cinismo y la orfandad
Adentro, letras de humo alternan
Entre el abrazo y la vergüenza
Maniatando con tinta una metáfora
Adentro una piel absurdamente
Joven contiene un corazón que
Se retuerce coloreando su tristeza