De pronto
engañados como el hombre
los animales despiertan
con gritos
de dueños de la selva.
Dueños de los ríos
dueños de las plantas
dueños de la noche
dueños de la vida
los animales despiertan.
La anaconda sin saberlo
reposa el oco de otras eras
y en los pantanos oscuros
se festejan las bodas
de todas las aguas puras.
Las hojas de día sueñan
el canto de otras vidas
las cigarras repiten claro
la noche que se hizo el mundo.
Litoraleña
pueblos del misterio
tierras escondidas
gente del silencio
continente perdido.