(Carnavalito)
Desde que te conocí
te hiciste dueño de mí,
yo no te ofrezco grandezas
Viday,
sólo el amor que te di.
El amor con el amor,
el desdén con el desdén,
y la ingratitud se paga
Viday,
con ingratitud también.
Que consuelo puedo darte
al tiempo de mi partida.
Te dejó mi corazón,
te dejo toda mi vida,
y hasta otro día.
Tambien te dejo una palma
con un letrero que dice:
Adiós vidita del alma
y hasta otro día...