Nada te ha desfigurado Ni las sombras que te apretan Ni las luces que te ensanchan con cada nueva estación Ni siquiera los mil vientres que mi mente te agregó Aún tienes la cara blanca reflejando el fuego azul Ven a mi cuerpo y descanza Todos mis sueños te doy
Hace tiempo nuevas vidas envejecen nuestra historia Nos van perdiendo y la muerte parece tener razón Arde la sangre en mis puños como tú en el corazón Te sostienen todavía las paredes de alquiler Casi rojas, casi mías Baja a mi cama otra vez
Sobre el eco de los años sigo escuchando tu voz Y en los muros de mi hastío yo renuevo la ilusión Sobre el escalón de la muerte escribo tu nombre Para terminarlo al otro lado y no perdernos Que si tú te olvidas yo te lo recuerdo Querida compañera mía Querida soledad