Recuerdos como perfume que da el cantero
Se juntan mano con mano en el paredón
Tuqueros se dieron cita con Alborada
Los charcos de cielo solo mirándolos
Las cuerdas se desbocaron en aguacero
Les hace buscar refugio en el más allá
Y dicen adiós al muerto que les recita
Hermano te estoy hablando del Uruguay
Algunos se cruzan, roncan o desafinan
Después se arrima el silencio con un violín
Le piden al panadero un kilo’e pan chico
Quizás pensarán qué espejo les dijo sí
El cisne que no han podido encontrar de vuelta
Está en las costas de Rocha cuidando el sol
Y allí como galgo todos están en onda
Abriendo los abanicos del corazón
Pirucho
Pirucho no puede más
De buscarle cinco pies al gato
Sabiendo bien que tan sólo cuatro hallará
Los Lobos
Los Lobos no quieren más
El Lobo Grande marcando el chico
Y el Lobo Chico llevando el piano se van
Luisito
Luisito no puede más
Una sonrisa le surca el alma
Se arrima al coro y recuerda
alguna canción
Ansina
Ansina no quiere más
Donde hubo patios quedan escombros
Aunque en el hombro siga acusando el tambor
Apretujando la vida dentro del cuerpo
Pensando en el otro tema que va después
Inédito, descreídos y averiguando
Si del otro piso gritan igual que ayer
Camino del mar los vieron bajar rengueando
Llevados por la maroma de la legión
Adónde será que fueron a dar rengueando
Puteando en el entrevero de un “caracol”
El Palo
El Palo no quiere más
Cortando el viento en Playa Ramírez
Paso de invierno y quién sabe pensando qué
El Tucci
El Tucci no puede más
Cebolla y vino y literatura
Dandy del barrio, compinche de la niñez
Fernando
Fernando no quiere más
Repique astuto y leve sonrisa
Es una fija por qué le dicen Hurón
Gustavo
Gustavo no puede más
El del acento más africano
Junto a su hermano los dueños del milongón
Pirucho
Pirucho no quiere más