Mireya jamás fue rubia,
porque Mireya creció sin luna,
su juventud de risa y canciones
llenó de tangos el barrio más pobre,
y era oscura cuando la noche
con sus locuras y fantoches
la llevó.
Morocha está en la historia de mi pueblo.
El oro del cabello es oro falso.
El tango, su tango
me está llamando...
Ayer, que no era rubia ni era triste,
lloraba de alegría entre mis brazos,
y ahora, que llora,
tiene que reír...
Mireya, compás de tangos
¡cuántas estrellas te están llorando!
Tu soledad de mil compañías
hoy canta un tango que es toda tu vida.
¡Pobrecita, morocha y rubia!
Que en una cita con la lluvia
se perdió...