Los domingos y los jueves en el parque principal
ameniza las reuniones la banda municipal,
y como a eso de las siete ya se miran desfilar
las muchachas y muchachos que las vueltas van a dar.
¡Vámonos al parque, Céfira, para ver si encuentras cónyuge!
¡Vámonos al parque Céfira, yo te llevo y tú respóndeme!
Las muchachas por allá, los muchachos por acá
y sentados en las bancas los papás y las mamás.
Las muchachas por allá, los muchachos por acá,
una vuelta, una mirada: ya se está cociendo el pan.
- ¡Señorita, su pañuelo! - ¡Ay siñor, si me cayó!
- ¿Me recibe una cartita? - Pos aceite asté esta flor.
- ¿Me permite acompañarla? - ¡No! ¡Nos mira mi mamá!
- Por ella ni se preocupe: la entretiene mi papá.
¡Vámonos al parque, Céfira, para ver si encuentras cónyuge!
¡Vámonos al parque Céfira, yo te llevo y tú respóndeme!
Las muchachas por allá, los muchachos por acá
y sentados en las bancas los papás y las mamás.
Las muchachas por allá, los muchachos por acá;
y así está la nevería donde empieza el "Dejen áhi".
Cuando yo tenía tus años ya había nacido Piedad,
Holocausto, Justiniano, Masiosare y Nicolás;
la menor de la Gutiérrez con cien vueltas se casó
y esta Céfira no sale por más vueltas que le doy.
¡Vámonos al parque, Céfira, para ver si encuentras cónyuge!
¡Vámonos al parque Céfira, yo te llevo y tú respóndeme!
Las muchachas por allá, los muchachos por acá
y sentados en las bancas los papás y las mamás.
Las muchachas por allá, los muchachos por acá,
y la banda de mi pueblo toca y toca a todo dar.