No es que este arrepentido
de haberte querido tanto,
lo que me apena es tu olvido
y tu traición
me sume en amargo llanto;
si vieras, estoy tan triste
que canto por no llorar;
si para tu bien te fuiste,
para tu bien
yo te debo perdonar!
Aquella tarde que yo te vi
tu estampa me gusto,
pebeta de arrabal,
y sin saber por que te segui
y el corazón te di
y fue tan solo por mi mal.
Mira si fue sincero mi querer
que nunca imagine
la hiel de tu traición.
Que solo y triste me quede
sin amor y sin fe
y derrotado el corazón.
Despues de libar traidora
en el rosal de mi amor
te marchas engañadora
para buscar
el encanto de otra flor;
y buscando la más pura,
la más linda de color,
la ciegas con tu hermosura
para después
engañarla con tu amor.
Ten cuidado, mariposa,
de los sentidos amores,
no te cieguen los fulgores
de alguna falsa pasion,
porque entonces pagaras
toda tu maldad,
toda tu traición.