Por una cabeza de un noble potrillo que justo en la raya afloja al llegar y que al regresar parece decir: No olvides, hermano, vos sabés, no hay que jugar... Por una cabeza, metejón de un día, de aquella coqueta y risueña mujer que al jurar sonriendo, el amor que esta mintiendo quema en una hoguera todo mi querer. Por una cabeza todas las locuras su boca que besa borra la tristeza, calma la amargura. Por una cabeza si ella me olvida qué importa perderme, mil veces la vida para que vivir... Cuantos desengaños, por una cabeza, yo juré mil veces no vuelvo a insistir pero si un mirar me hiere al pasar, su boca de fuego, otra vez, quiero besar. Basta de carreras, se acabó la timba, un final reñido yo no vuelvo a ver, pero si algún pingo llega a ser fija el domingo, yo me juego entero, qué le voy a hacer.