Qué pena
Que esta noche no haya luna llena
Para que me coman toda entera
Los lobos que vienen detrás
Y alivien mi soledad.
Qué pena
Que no pase nunca lo que esperas,
Que la sangre corra por mis venas
Y no se desborde jamás,
Se rinde antes de pelear.
Qué pena, el deseo me quema,
Qué pena, y el cerebro me frena,
Qué pena que esta noche amanezca
Y que yo no te pueda encontrar.
Qué pena, si la piel me condena,
Qué pena, lo demás me encadena,
Qué pena, cuántos labios esperan
Que otras bocas los quieran besar.
Qué pena
Que nunca nos soltemos de la rienda,
Que no se despierte aquella fiera
Que duerme en el fondo de ti
Y no se atreve a saltar.
Por eso digo yo qué pena
No perder a veces la cabeza,
No ponerse el mundo por montera,
Y dejar de pensar
Y al final jugar sólo por jugar.